Show must go on. La maravillosa despedida que cantara Freddy Mercury cuando se veía morir, ha sido la sintonía elegida por Atresmedia para elaborar un bonito llamamiento a la ciudadanía a seguir adelante. No es el único caso. La industria de la publicidad ha puesto toda su creatividad al servicio de mensajes más o menos motivadores, sensibleros algunos, previsibles otros, pero todos en consonancia con la necesidad social que existe de levantar el ánimo y llamar a la movilización para ganar el futuro.
Las empresas, por tanto, han utilizado el camino de la publicidad para animar a la sociedad, tras pasar un periodo de confinamiento inaudito hasta el momento. Sin embargo, ¿qué han comunicado los empresarios? ¿ha habido una comunicación efectiva por parte de los directivos de las empresas para animar a la ciudadanía? Lamentablemente, no.
Los empresarios españoles han perdido, una vez más, la oportunidad de mostrar su liderazgo social y salir a la palestra a transmitir la confianza que el ciudadano espera.
El empresariado español sigue en la idea de mantener un perfil bajo, permanecer ocultos, sin dar señales de vida. De este modo, huyendo del foco se evitan tener que afrontar críticas, ni exponerse al público escrutinio.
Lógicamente, se puede entender que lo cómodo es mantenerse al margen, pero esta actitud contribuye a que el posicionamiento de los empresarios en general en nuestra sociedad no sea positivo.
Efectivamente, el empresariado , grandes y pequeños, no suelen participar del discurso de la actualidad. Habitualmente, ante un suceso determinado, se nos suele trasladar el mensaje de los políticos, sindicatos, asociaciones, ongs, consumidores, etc… pero nunca, o casi nunca, existe una voz que defienda el punto de vista del empresario.
No estaría mal poder conocer el punto de vista de un sector importante de nuestra sociedad como es el empresariado sobre las cuestiones sociales que a todos nos preocupan como país»
La CEOE, y el presidente de turno en cada momento, se limitan a la defensa de los intereses de sus miembros, pero nunca dan pasos en defensa de la sociedad en general, nunca protagonizan mensajes motivadores para todos los ciudadanos, y mucho menos actúan como guías para conseguir los objetivos que debe tener una sociedad como la española.
No estaría mal oír cómo afrontan los empresarios el cambio tecnológico en el que estamos inmersos, o los cambios sociales que provocará la pandemia. No estaría mal poder tener el punto de vista de un sector importante de nuestra sociedad como es el empresariado sobre las cuestiones sociales que a todos nos preocupan como país.
Los empresarios tenemos que salir del armario
Joan Roig, presidente de Mercadona
Hace un par de años, en su discurso en el Congreso Anual de la Empresa Familiar, el presidente de Mercadona, Joan Roig, hizo una apuesta arriesgada con la que estoy totalmente de acuerdo. Roig llamó a sus compañeros empresarios a “salir del armario”, a dar la cara ante la sociedad para conseguir ser más conocidos y mejor entendidos por los ciudadanos. Sin embargo, todavía estoy esperando ver a Roig haciendo lo que planteaba hacer a sus compañeros. Al contrario, tanto él como el resto de los participantes en aquel Congreso siguen viendo los toros desde la barrera, guarnecidos tras el biombo, agazapados, escondidos… mientras la sociedad sigue adelante comunicándose, compartiendo ideas, analizando situaciones y, en definitiva, haciendo país.
Hace falta una cercanía mayor del empresario con la sociedad que acabe con la idea del empresario como un señor preocupado únicamente por el dinero, que mira desde su atalaya y que no tiene rasgo humano alguno en su comportamiento. Se debe romper este estereotipo y contribuir a incluir al empresario como una pieza más de nuestra sociedad. Una pieza digna de nuestra admiración cuando contribuyen a nuestro progreso, y de nuestra crítica, cuando recurren a comportamientos reprobables.
La participación de Ana Botín en un programa de televisión en el que se permite ver en parte la mujer que hay detrás de la directiva, o las presentaciones que a veces hace José María Martín Pallete en mangas de camisa, son detalles que permiten atisbar un cambio de talante en los directivos más jóvenes. Pero se espera mucho más. Se espera que el empresariado baje a la arena, coja al toro por los cuernos y se conviertan en los verdaderos líderes que toda sociedad necesita.
La ciudadanía necesita referentes capaces de marcar el futuro, emprendedores con la creatividad y el empuje necesarios para liderar la sociedad hacia el futuro. Sólo así, llegará el día en que los jóvenes tengan entre sus mitos referencias que realmente contribuyan a engrandecer sus posibilidades, y no sólo deportistas de élites o concursantes de televisión. Pero, para ello, los empresarios tienen que salir del armario.
Hoy comienza en la CEOE un congreso bajo el sugerente titulo de Empresas Españolas Liderando el Futuro, del que saldrá un posicionamiento del mundo de la empresa ante el reto de la era postcrisis. Esperemos que el resultado de esta reunión vaya más allá de la mera petición de ayuda al Gobierno y sirva realmente para liderar el empuje económico que se necesita. Estaremos atentos para comprobar si los mensajes contribuyen a inspirar en la sociedad el aliento que hoy necesitamos.