"Los empresarios ofrecen su apoyo a la reconstrucción e insisten en su confianza en la sociedad española"
Obviamente, el titular es falso, es el mensaje que me hubiera gustado leer hoy en los medios, pero está lejos de lo que realmente hemos podido leer. ¡No aprenden! Supongo que desde sus atalayas no miran hacia abajo y saben lo que ocurre en las calles. O que sus asesores de comunicación se deben tanto a la causa que no se atreven a guiarles. O que, a pesar de tener buenos asesores, ellos se creen por encima del bien y del mal y como son buenos gestores, también se creen buenos comunicadores.
El caso es que han perdido otra magnífica oportunidad de convertirse en líderes y guías de este país. En gestores reconocidos e incluso admirados a los que escuchar con atención porque su diagnóstico es realmente importante para el progreso del país.

¿Han comunicado bien los empresarios tras la pandemia?
Me encontraba yo escribiendo sobre la falta de liderazgo social de nuestros empresarios y el poco carisma y compromiso que demuestra para con los españoles cuando surgió una noticia que me hizo pensar que aún había esperanza. La CEOE convocaba un congreso que, bajo el título de Empresas Españolas Liderando el Futuro, haría retratarse a todos los grandes directivos de las grandes empresas españolas para, según su propio título, liderar la situación del país ante la crisis provocada por la pandemia del Covid19.
Estaba dispuesto a rectificar. Por lo que parecía, la cumbre organizada de forma urgente, venía a convocar al empresariado para liderar la salida de la crisis. Se trataba de una llamada a la unión de todos los españoles con unos objetivos bien definidos, salir todos junto de la crisis como un verdadero país. Los empresarios por fin cogían el testigo y se lanzaban al ruedo dispuesto a lidiar el morlaco de la crisis.
Nada de eso. Una vez más, el relato de los grandes empresarios españoles ha optado por el semblante lastimero, por la actitud pedigüeña de otras ocasiones y por las amenaza de que el apocalipsis se acerca.
¿De verdad creen que ese es el mensaje que esperan de ellos los españoles? ¿De verdad esperar crear el futuro con mensajes pesimistas? ¿Para esto hacía falta montar una cumbre?
El resultado no ha podido ser más decepcionante. Nada de optimismo, nada de animar a la población, nada de convocar a sacar al país hacia adelante…
¡Cómo me hubieran gustado leer algunos titulares! Ana Botín: «La economía española saldrá reforzada gracias a la creatividad del país», Joan Roig «Los empresarios ofrecemos toda nuestra experiencia para ayudar a salir de la crisis», Pablo Isla: «España es una potencia económica gracias a los españoles y una crisis no es más que una motivación más para superarnos», José Ignacio Goirigolzarri: «Los políticos pueden contar con nosotros para salir adelante».
Sin embargo, lejos de ofrecer su ayuda, los empresarios han vuelto a su letanía habitual. Pedir es el verbo más utilizado hoy en la prensa para describir la actitud de los empresarios ¿Realmente creen que son los más necesitados de esta crisis?
Titulares irreales



Titulares reales

EXPANSIÓN
Más flexibilidad laboral y rechazo al alza de impuestos
CINCO DÍAS
Las empresas piden reformas, consenso y seguridad jurídica


EL ECONOMISTA
Los empresarios piden seguridad jurídica y no tocar la reforma laboral
EL PAÍS
Los grandes empresarios reclaman consenso a los políticos


EL MUNDO
Clamor empresarial para exigir seguridad jurídica al Gobierno
ABC
INICIATIVA FRENTE A IDIOLOGÍA


LA RAZÓN
...
No era el momento
No era el momento de pedir. No era el momento de exigir. No era el momento de demandas. Ni siquiera era el momento de ser pesimistas. La cumbre organizada por la CEOE (una gran idea) era un púlpito ideal para que toda la sociedad sintiera el apoyo de los empresarios, para que la ciudadanía confiara en el futuro, para conseguir una palmadita en la espalda.
Los empresario necesitan ser reconocidos y queridos por la sociedad y, para ello, tienen que cambiar, de una vez, su estrategia de comunicación. Hace falta una renovación de ideas que consigan cambiar la imagen pública del empresario para el ciudadano de a pie. Creo efectivamente que la mala fama del empresario es totalmente injusta, no estoy de acuerdo con el desafecto entre la sociedad y los empresarios, pero entiendo que con este tipo de mensajes, no hacen más que profundizar en todos los estereotipos que arrastran desde hace años.